el mago del cuento... soy yo

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autorretrato inédito en libro, inicialmente concebido para "Sopa de sol"

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Pájaros en la cabeza, uno de los mejores libros infantiles publicados en el mundo


LA BIBLIOTECA INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD (con sede en el Castillo de Blutenburg, Munich, Alemania) INCLUYO PAJAROS EN LA CABEZA EN SU SELECCION "THE WHITE RAVENS" 2006 DE LOS MEJORES LIBROS INFANTILES PUBLICADOS EN EL MUNDO


Pájaros en la cabeza

Escritor: Joel Franz Rosell

Ilustrador: Marta Torrao

Editorial: Kalandraka

Colección: Tiramillas

Ciudad: Sevilla

Año: 2004

Nº pág.: 40
ISBN: 84-933780-2-X



Pájaros en la cabeza. ISBN: 84.933780-2.X. Sevilla, 2004. Kalandraka. Primera edición en castellano (pequeño formato e impresión de menor calidad)

Paxaros na cabeza.  ISBN: 84-8464-501-0. Pontevedra, 2004. Klandraka. Edición en gallego

Pájaros en la cabeza. ISBN: 84-96388-51-4. Sevilla, 2004. Kalandraka. Segunda edición en castellano: mayor formato e impresión de alta calidad, e-mail: editora@kalandraka.com

Passaros na cabeça. ISBN: 972-8781-51-2. Lisboa, 2006. Kalandraka, e-mail: editora@kalandraka.pt

Pájaros en la cabeza. Corea, 2007. Hemingway Publishing House.

la edición coreana menciona el premio La Rosa Blanca (mejores libros infantiles publicados por autor cubano en el año, que otorga la Unión de Escritores de Cuba)

Ficha tomada de http:www. sol-e.es

 Género: Cuento

Tema: Fantasía

Personajes: Aristócratas - Reyes

Este libro trata de: Juegos - Sociedad - Solidaridad - Relaciones sociales - Juegos con el lenguaje

Había una vez un reino tan pequeño que estaba gobernado por sólo tres ministros y un rey. El ministro de Defensa sólo pensaba en hacer la guerra al país vecino; el de Economía en inventarse un nuevo impuesto para pasar a la historia; y el de Todo lo Demás en secar una laguna para hacer una carretera. El rey, viejo y bondadoso, tiene que enfrentarse a la conspiración que los ministros han preparado contra él. Sólo un solitario murciélago consigue desenmascararlos. ¡Averigua cómo!

A través de un narrador omnisciente, algunas secuencias narrativas y varios diálogos, se nos muestra un pequeño reino gobernado por tres ministros y un rey. Los primeros, deseosos de conseguir sus ambiciosos propósitos, no dudan en conspirar contra el monarca. Cuando éste los descubre, les invita a que reflexionen escuchando el trino de los pájaros. Con  un lenguaje rico y unas frases cortas y concisas, el autor consigue dar agilidad a un texto casi poético, reforzado por unas ilustraciones que juegan con el color y el tamaño.

 
dibujo de Martina (Barcelona, 2014)


Respuestas al escritor y editor chileno Víctor Carvajal para un estudio sobre el libro-álbum:

 ¿Cuál fue la génesis de Pájaros en la cabeza?

No recuerdo ningún acontecimiento, experiencia estética o frase que haya funcionado como detonante de Pájaros en la cabeza. A diferencia de otros cuentos, que permanecieron años rondándome antes de que yo consiguiera redactarlos, éste se formó rápidamente. La idea inicial fue la de ese rey que tenía pájaros por consejeros. Es posible que la imagen de la terraza trás del trono de oro, con su trono de paja, haya desencadenado la trama propiamente dicha.

Aunque no soy un autor que calcula conscientemente sus recursos técnicos, estoy seguro de que en algún momento recordé los estudios de Propp a propósito del cuento maravilloso. El rey no podía resolver solo el problema de la conspiración de sus ministros: necesitaba un adyuvante y ese no podía ser otro que el murciélago: volátil como los pájaros, pero con vista tan escasa como la del rey (lo que en le protege de ser asustado por los espantapájaros). Como se ve, la trama y la caracterización de los personajes determinaron más que cualquier consideración técnica previa el desarrollo de la historia. Esto es muy importante para que el relato resulte sólido, pero liviano; sin que se le vean las vigas a la estructura ni las costuras al tejido de palabras que es la historia.

Tardé un poco más en inventar el desenlace, pero no había alternativa. No podía ser otro: el rey no castiga a sus ministros de manera autoritaria (prisión, destitución, deportación) sino que les ofrece la oportunidad de reeducarse compartiendo, como él, sus preocupaciones y anhelos con los pájaros.

La cultura de consenso y mi vieja desconfianza respecto al maniqueísmo, tanto como el deseo de evitar soluciones trilladas, deben haber sido determinantes en la concepción de este final. También es una forma de final abierto y quienes hayan leído mis libros se habrán dado cuenta de lo mucho que acudo a este recurso. Es que considero que la literatura debe ser como la vida: con final abierto.

Siempre sucede algo después... incluso después de nuestra muerte, aunque entonces ya no nos enteremos. La vida de los niños y adolescentes, a quienes tengo por destinatarios referenciales (preferenciales) es, en todo caso, una historia con final abierto. Y mi práctica literaria es a la del texto sin fin, siempre corregible, siempre susceptible de una nueva versión.

Por otra parte, el tema de los pájaros me viene obsesionando desde hace algún tiempo; un avatar de mis preocupaciones ecológicas tanto como de mi viejo sueño de volar (de niño yo quería ser astronauta y tengo un sueño recurrente en el que doy como grandes saltos planeados, muy verosímiles, y me despierto creyendo que realmente puedo volar). Los títulos de algunos de mis libros (Pájaros en la cabeza, El Pájaro libro) explicitan a los volátiles, pero ellos también están en una novela como Exploradores en el lago (aventura ecológica en torno al tráfico de especies protegidas; pájaros tropicales en concreto). El vuelo está claramente mencionado en Vuela, Ertico, vuela, es previsible en La tremenda bruja de La Habana Vieja y la base de la trama de Aventuras de Rosa de los Vientos y Juan Perico de los Palotes. Pájaros y vuelo son, obviamente metáforas de libertad y de creación literaria.

¿Participaste en la ilustración del libro?

Mi influencia en la ilustración de Pájaros en la cabeza se limita a que soy el autor del texto que inspiró a la ilustradora, Marta; joven artista portuguesa  seleccionada por la editorial Kalandraka que se caracteriza, como todo el mundo sabe, por la gran calidad de su propuesta gráfica y su trabajo editorial. Kalandraka conoce muy bien el panorama de la ilustración europea, en particular de Portugal, como lo demuestra el hecho de que Marta Torrão ganara, tras ilustrar mi cuento, el Premio Nacional de Ilustración de su país.

En general me gusta participar al máximo en la creación de mis libros. Inicialmente, propuse a Kalandraka varios ilustradores con los que ya he colaborado, satisfactoriamente: en primer lugar el cubano Ajubel (ganador, al ilustrar otra de mis obras, El pájaro libro, del Premio Nacional de Ilustración de España, y también presente en mis títulos Vuela, Ertico, vuela; La tremenda bruja de La Habana Vieja y La leyenda de taita Osongo). También propuse a los argentinos: María Rojas (ilustradora de Javi y los leones) y Xulián (ilustrador de Aventuras de Rosa de los Vientos y Juan Perico de los Palotes). Los tres, junto al cubano Enjamio (que en 2012 me acompaña en el álbum Así empezaron las aventuras de Rosa de los Vientos y Perico de los Palotes) me parecían capaces de ilustrar con alta calidad y pertinencia mi cuento. La elección de Kalandraka, sin embargo, resultó atinada… aunque con una sola objeción: estimo que los pájaros dibujados por Marta Torrão tienen una presencia gráfica que no está a la altura de su papel en la historia. 

Presto una enorme importancia a la ilustración (y a todo el proceso editorial) de mis libros, y trato de participar tanto como me lo permiten mis editores (no mucho, por regla general). Creo que cuando un autor tiene una mirada suficientemente objetiva sobre su propia obra y conoce algo de edición, su contribución en la selección del ilustrador y sus opiniones antes de que el libro esté impreso pueden ser un considerable aporte. Debe ser eso lo que me ha llevado a iniciarme yo mismo en la ilustración de mis libros.

Mi primer título como autor e ilustrador apareció en 2006: la traducción al vasco de un texto antes publicado con ilustraciones de diferentes artistas: el cubano Vicente Rodríguez Bonachea (De los primeros lejanos tiempos la lechuza me contó. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 1987) y la mexicana Fabiola Graullera (La lechuza me contó. Editorial Progreso. México, 2004). Sus respectivas visiones de los cuentos que integran ese libro son de calidad, pero había algo que no habían aflorado lo suficiente: humor y poesía.

En 2007 se publicaron dos versiones de mi cuento La canción del castillo de arena; la primera en francés y la segunda en castellano y vasco (euskera). Dada la brevedad de mi carrera de ilustrador, seis meses bastaron para que, al rehacer las ilustraciones para la segunda versión, se note un progreso técnico y expresivo.
Mi tercer libro como ilustrador, ¡Quiero otro! (A Fortiori, 2008), me permitió experimentar las posibilidades técnicas del acrílico y afrontar el desafío de un libro más difícil.



No es que yo me proponga ilustrar en el futuro todos mis libros. Siempre que no me sienta capacitado para ilustrar un texto, cuando no tenga nada que añadir con dibujos al texto, o si tengo la certeza de que otro ilustrador puede hacerlo mejor, cederé el paso en el interés de mi obra y de los lectores (la imagen se lee tanto como el texto, sobre todo en el caso del álbum ilustrado).

En todo caso, cuando Kalandraka me informó su decisión de publicar Pájaros en la cabeza yo apenas comenzaba a ensayar mis competencias plásticas y en ni me pasó por la cabeza ilustrar ese cuento. Es más, antes de publicar el libro, presenté una versión del cuento en forma de plaquette artesanal y para su única ilustración pedí colaboración al argentino Xulián.


dibujo de un alumno de la escuela Lluís Vives. Barcelona, 2014

Catálogo de la selección  The White Ravens 2006 

(mejores 250 libros infantiles publicados en 32 lenguas y 47 países 2006)

Biblioteca Internacional de la Juventud. Munich, Alemania


Ficha nº 144
Pájaros en la cabeza
Texto: Rosell, Joel Franz
Ilustraciones: Torrão, Marta
Edición: Kalandraka-Ediciones Andalucía.Sevilla/Pontevedra, 2004; 48 páginas
ISBN 84-933780-2-X
Temas: poder, política, sabiduría, ambición
Valoración:
Escrita como un cuento de hadas, esta historia es algo más que una práctica parábola sobre el arte de gobernar sagazmente. Aunque es tan viejo “que no distingue un dragón a tres pasos”, el rey gobierna con clarividencia, sentido común y respeto por la naturaleza y por los intereses del país en su conjunto. No ocurre lo mismo con los ministros de defensa, economía y “todo lo demás”. Movidos por la ambición, no piensan sino en conseguir sus fines respectivos, tales como una guerra, elevación de impuestos y un faraónico proyecto de construcción. Como en un auténtico cuento de hadas –y no como en nuestra realidad–  el cuento termina felizmente. El ingenioso texto del cubano Joel Franz Rosell está repleto de imágenes poéticas y satíricas consideraciones a propósito del ejercicio del poder. Las expresivas ilustraciones en colores abstractos invitan a los lectores a reflexionar y mirar más de cerca. (A partir de 8 años)

Una lectora opina:

Pájaros en la cabeza es una lectura que nos acerca a un reino a la vez paradójico y apasionado. El lenguaje sencillo y directo del autor nos descubre personajes inspiradores en estilo y temple. Es el caso de un monarca singular, un tanto miope y quijotesco que se ocupa de la buena marcha de su país; se trata de un cachito de patria, no menos imperfecto u olvidado de las complicaciones que da el vivir. Acompañado de un trío de secuaces, las andanzas del emperador irán por las sendas de la ley y el orden, sin precipitaciones, como quien anda con los pies bien plantados sobre la tierra y sabe a dónde se dirige. Otras veces, las complicidades de los subordinados pondrán en peligro el futuro de los moradores tras un síntoma de fatiga, que no de despiste, por parte del rey. Y en esta evidente interacción un tanto juguetona, cada cual intenta orientar su brújula por objetivos claros y senderos posibles. Ante lo cual asumen el papel que les corresponde con un marcado sentido de responsabilidad y compromiso. Los personajes se complementan. Nos encontramos con un libro que mantiene el humor en la justa balanza, tal como la ambientación y la evolución de las acciones de los participantes. No hay nadie con la visión más bondadosa y, sobre todo, más natural, que la del monarca, pero también no hay nadie que retrate mejor lo que somos capaces de hacer en cuanto a conseguir nuestras aspiraciones e independencia a través de ingeniosos representantes en cuyas manos está el progreso de un país. Quienes conviven con este monarca son desenvueltos y testarudos, seguros de sí mismos y de lo quieren. Son una suerte de ovejas que desean salir del redil con justificaciones propias de vanidad y poderío. Habrá que destacar que el alma de los habitantes está en el sentir y el proceder de estos hombres. Este es un paseo por diversas aristas en las que uno difícilmente puede tomar a la ligera el corazón de un rey tan sabio e inusual. Vale más comprenderle que arrebatarle lo que más ama y es su debilidad: un gusto desmedido por los animales y la naturaleza. Una lectura que nada le sobra o hace falta; las palabras son el condimento vital que lleva al lector a un ritmo ágil, con las pausas de rigor y el contenido de hondura. Franz Rosell transporta al lector a la suerte y a los caprichos de sus personajes; les recuerda el enfoque mundano, sus sueños de libertad y armonía. Estamos con una historia que permite una pausa invariablemente aleccionadora.

 Sandra Avendaño

dibujo de Marjorie (Barcelona, 2014)

Nuevas hojas de lectura, n° 10. Bogotá, 2006.

Esta es la historia de un rey sabio que en su corte tenía tres ministros que se le oponían: el de Defensa, el de Economía y el de Todo lo Demás. El de Defensa estaba interesado en promover una guerra, el de Economía deseaba crear un impuesto y el de Todo lo Demás pensaba en construir una carretera que pasara por la mitad de un lago. Como el rey consideraba sus propuestas peligrosas para el pueblo y no consintió en adelantarlas, los ministros maquinaron actos innobles contra él. Pero el soberano tiene unos aliados maravillosos: los pájaros, ellos lo ayudan, a través del ensueño y el asombro, a dar respuestas a las ideas presentadas por sus siniestros ministros, convirtiéndolo en un rey justo que orienta a su pueblo con sabiduría y respeto.

Para contar esta historia Joel Franz Rosell utiliza como recurso estructural una fábula prefabricada*, donde el rey es el héroe del relato, los ministros y el mayordomo son los oponentes, los pájaros y el murciélago, los ayudantes; todo esto para mantener un reino en paz, donde se convive en armonía con la naturaleza y sus pobladores. Aunque es una historia con esquema tradicional*, nos conduce de una forma mágica a reflexionar sobre la convivencia del Estado moderno con su más importante patrimonio: los hombres y las mujeres, y en su interacción con el medio ambiente, una problemática muy actual, pertinente a todas las naciones del mundo, ahí radica lo grandioso de esta obra.

La compañera de fórmula para la presentación de la obra es la ilustradora Marta Torrao, quien con poco uso del color (verdes, ocres y blancos) y gran variedad de formas construye una obra de arte. Cada página está diseñada de modo magistral, con acrílicos, pasteles, collage (telas, periódicos, papel texturado) y riqueza en la utilización de las líneas rectas, cuyo volumen da movimiento y fuerza a los elementos del cuadro. El diseño de página es coherente con la ilustración. Allí hay obras cuadradas ubicadas a derecha e izquierda de la doble página y obras rectangulares, horizontales y verticales, con la intención de dar vitalidad al encuadre y movimiento a la lectura del libro.

Pájaros en la cabeza es una obra pensada para deconstruir lecturas: su historia, su ilustración y su diseño llevan al lector a confrontarse con el texto y a crear nuevas historias.
Joel Franz Rosell es un escritor, crítico, profesor y periodista cubano, cuyas obras para niños y jóvenes han alcanzado premios en Cuba, Alemania y Francia.

dibujo de Xiao Ming. Barcelona, 2014


*Con todo respeto por el crítico, no me convencen sus expresiones: fábula prefabricada y esquema tradicional. Puesto que no he escrito una historia de animales humanizados para acometer una reflexión sobre el ser humano con mensaje moral, supongo que A.A. ha utilizado el término fábula desde una concepción aristotélica, o sea, como los acontecimientos que viven los personajes, o narratológica, es decir, alude a la forma de organización de los hechos. En cualquier caso prefabricada es una palabra que suena bastante peyorativa, máxime que a continuación califica el esquema de tradicional. Este último término sería más aceptable si hablase al principio de fábula convencional. Mi cuento se basa en la convención narrativa del reino como espacio de los cuentos maravillosos; ya sean tradicionales o modernos (se aprovecha así el “extrañamiento” que permite el ambiente social: reyes, princesas, castillo, brujas, dragón, etc.

He utilizado un esquema bien conocido para expresar un mensaje que no es tan tradicional: el rey no castiga a los traidores, sino que los premia ofreciéndoles compartir la misma experiencia ecológica y de sencillez (¿sus pájaros no serán un símbolo del pueblo, que de otra manera estaría ausente del cuento?). Si formulo el último aserto entre paréntesis y entre interrogaciones es que, como autor, no me siento autorizado a analizar mi propio cuento.

Contrariamente a lo que creen muchos –y a lo que hacen algunos- la literatura infantil no es siempre didáctica, la historia no está siempre motivada por la intención de trasmitir al niño un mensaje formador. Yo quise escribir cierta historia y no decir algo a través de ella. Esto no significa que mi actitud sea ingenua al respecto, pues soy un escritor bastante cerebral, que trabaja mucho sus textos y que ha reflexionado públicamente sobre la literatura y sobre su propia obra. Lo que sí supe muy pronto es que mi cuento es una fábula política, una reflexión sobre la manera de ejercer el poder; tanto por parte del rey como por parte de los ministros y hasta -¿porqué no?- por los pájaros.

Algunos lectores, y muy notablemente los niños, han comprendido mi deseo de romper con la tradición. Este rey no hace las cosas como los reyes comunes en los cuentos y mucho menos como los poderosos en la realidad. La expresión hecha “tener pájaros en la cabeza”, que es generalmente un reproche, se desautomatiza y se vuelve elogiosa al aplicarla a un rey que, precisamente, no quiere ser pragmático y eficaz como tanto egocéntrico oportunista depredador de nuestro planeta y de la sociedad.

dibujo de un alumno de la escuela Lluís Vives de Barcelona (2014)
Un niño reseña:

PÁJAROS EN LA CABEZA

Resumen: En un reino vive el Rey y tres Ministros: el Ministro de Defensa, que es un coronel, el Ministro de Economía, que es muy inteligente, y el Ministro de Todo lo Demás, que es muy emprendedor, o sea que es muy trabajador y le gusta hacer cosas nuevas. Pero los tres Ministros querían conseguir cosas: el primero una guerra, el segundo un impuesto con su nombre, y el tercero una carretera en mitad de un lago que habría que secarlo. Siempre intentan engañar al Rey para conseguirlo, pero él les da soluciones muy sabias porque tiene un trono de paja y caña en una terraza donde vienen los pájaros y sus cantos ayudan al rey a dormir bien y a que se le ocurran soluciones para todo lo que le dicen los Ministros. Pero un día no vuelven los pájaros y el Rey no tiene soluciones sabias, pero al final todo se soluciona bien.

Este libro me gustó mucho porque trata de cómo un Rey sabio puede solucionar todo lo que los tres Ministros, que al principio quieren hacer cosas malvadas sólo para ser más famosos e importantes, le dicen.

Al principio creí que trataría sobre un Rey que decía tonterías porque tenía “pájaros en la cabeza”, pero no es así, ya que en este cuento, los pájaros son los que ayudan al Rey a tomar decisiones sabias y no al revés, distrayéndole de lo que tiene que hacer.

Yo les diría a todos los que creen que tener pájaros en la cabeza es malo, se lea esta historia y vea cómo a veces dan tranquilidad a quien los tiene y les hacen pensar más.
En mi casa siempre me dicen que tengo “pájaros en la cabeza” porque se me ocurren muchas ideas, pero quizás son ellos los que, como los tres Ministros, los necesiten para tener ideas tan buenas como las mías.

Antonio Cuenca (a todas luces, un niño) en  http://www.prensajuvenil.org/critica

un dibujito hecho con el dedo en mi ordenador


El relato titulado "Pájaros en la cabeza", publicado por Kalandraka en gallego y en castellano, ha sido galardonado por la Unión de Escritores de Cuba con el premio La Rosa Blanca. Su autor, Joel Franz Rosell, ya recibió esta distinción en otras seis ocasiones desde 1995. La editorial gallega, especializada en literatura infantil y juvenil, lo editará próximamente en portugués.

La Rosa Blanca, en su vigésima edición, ha premiado las obras de otras 12 editoriales cubanas. Kalandraka es la única editorial española que figura en la selección, con un libro que el propio autor describe como "una fábula sobre el poder y la ambición que concluye en cierta propuesta ecológica".

Joel Franz Rosell, nacido en Cruces (Cuba) en 1954, reside fuera de su país desde hace 16 años. Tras su paso por Brasil, Argentina, Alemania y Dinamarca, actualmente reside en Francia, donde ejerce como escritor, crítico literario, profesor y periodista. La concesión de este premio --que toma su nombre de un poema de José Martí-- supone para él la "única presencia literaria recurrente" en su país de origen.

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mi primera máquina (1975-1979)

mi primera máquina (1975-1979)
biblioteca martí, santa clara, cuba, 1993
Comencé a escribir a mano, claro. Primero con lápiz (usaba los de dibujo, de mina muy dura, para no tener que estar sacando punta continuamente; así comencé a gastarme la vista y a los 15 años ya usaba gafas -"espejuelos" decimos en Cuba- de aumento). Luego pasé a los por entonces escasos bolígrafos. Cuando a mediados de los años 1970 quise comenzar a compartir mis escritos con los colegas de taller de escritura o presentarlos a premios literarios, comencé por acudir a alguna colega o amiga mecanógrafa. Una bibliotecaria de Sala Juvenil de la Biblioteca Provincial de Santa Clara tecleó mi primera novela (que ilustré... a mano, claro) y mandé al Premio UNEAC 1977. Pero mis obras eran largas y ella tenía mucho trabajo. Así comencé a teclear yo mismo en la Underwood de la foto: una máquina prehistórica, pero muy bien cuidada y de tipos redondos.
Fue al año siguiente que un amigo mexicano que partía de vacaciones, me dejó su moderna máquina portátil. En ella aprendí a teclear según las reglas del arte y mecanografié mi segunda novela, por primera vez de la primera a la última letra.
De mis máquinas posteriores no guardé ni el recuerdo de una foto, y tampoco de la máquina electrónica que utilicé durante mi estancia en Brasil '1989-1991) ni de mi primer ordenador, un Compaq portable que me acompañó 8 años. Pero esta ya es otra historia, porque en él comencé a escribir directamente sobre un teclado; abandonando para siempre la versión manuscrita previa y el enojoso mecanografiado ulterior
Lo dicho; esa es otra historia.

traducido a persa, hindi, coreano, tamul, catalán y tantos otros

traducido a persa, hindi, coreano, tamul, catalán y tantos otros
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